Luto,lágrimas, dolor
provoca la mala suerte
llenando de mala muerte
un accidente de horror.
Terrible, estremecedor,
en plena festividad
nos azota sin piedad
el implacable destino.
¿Será designio divino
provocar tal mortandad?
El camino de Santiago
ensangrentado en su día
pone a prueba la fe mía,
lleno de espanto divago.
Inconmensurable estrago
afectando a tanta gente
ocasiona el accidente
de ese tren sofisticado
lanzado descontrolado
a la curva velozmente.
De nada sirven lamentos,
condolencias posteriores
para calmar los dolores
en heridos sentimientos.
Con tiempo los sufrimientos
de las familias destruidas
remitirán y sus vidas
a lo normal volverán.
Las secuelas quedaran
en sus almas imprimidas.
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