lunes, septiembre 25, 2006

jueves, septiembre 21, 2006

La Paella con amigos


Sábado 17 de septiembre del 2006

Este día fue especial,
en casa nervios de punta
por llegar la marabunta
desde la ciudad condal.
Ya estaba lo principal
preparado y bien dispuesto
,aperitivos en cesto,
en bandeja y recipientes
que los mantienen calientes,
refrescos, vinos y el resto.

Largo se hacía esperar
pasada la hora prevista.
¿Problemas en la autopista?
Sin saber lo que pensar
insistimos en llamar
y el móvil no contestaba,
a las dos horas llamaba
terminando el nerviosismo
y de nuevo el optimismo
nuestro corazón llenaba.

Primera llega Sofía,
buena amiga y gran poeta,
para le espera receta
una cerveza bien fría.
Y nos llega la alegría
con David, Eva y Locura
que reclama con premura,
por ser tarde, la cocina
para hacer,dice,si atina
una paella de altura.

David buenas hambres tiene,
a los platos mete mano
que salieron muy temprano
y desfallecido viene.
Eva ya no se contiene,
todo lo encuentra sabroso,
no se salva del acoso
la papa ni la aceituna
todos picamos a una
con el humor más gozoso.

La charla es entretenida
con la poesía de base,
al tema dimos repase,
fue recitada y oída.
Se habla también de la vida,
nos hacemos confidencias,
comparamos experiencias
entre anécdotas y chistes,
bromas, véras, no rechistes
ni vengas con exigencias.

Al fin la paella sale
humeante y olorosa,
unos minutos reposa
porque se asiente y recale.
¡A la mesa, que bien vale
la espera ante tal regalo!
Con el paladar avalo
que está en su punto y crujiente,
la cocinera excelente
se libró del varapalo.

Y después la sobremesa
con buen café y los licores,
a Locura echamos flores.
¡Bien cumplida su promesa!
Ya no queda más sorpresa,
momentos de despedida
la tarde ya está vencida
y la carretera es larga,
es Eva la que se encarga
de acelerar la partida.

Maramín