Gracias, Luis, el brindis con cerveza,
que me ofreces sonriente, te lo acepto
pues entiendo que brindas al concepto
que doy de mi mujer y su belleza.
Choco tu jarra dando con firmeza
mi aprobación al gesto que recepto.
Bien lo tengo asumido cual precepto:
Es mi esposa mujer de gran nobleza.
Orgullo es para mí tener su amor,
llevando tantos años, con paciencia,
la carga del hogar, dura labor.
Del marido y los hijos dependencia,
dando continuamente lo mejor
según capacidades y conciencia.
El fin de su existencia:
Llenar con su alegría corazones
manteniendo amigables relaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario