domingo, diciembre 27, 2015

PRIMERA NAVIDAD

Fatigado de tanta indiferencia,
de tanta negativa hospitalaria,
va José consolando a su señora
que camina apoyándose en su brazo
oprimida por fuertes contracciones.

Al divisar un establo
más allá del quinto pino, 
avanzan con la esperanza
de encontrar algún refugio.

El frío se mece en sus dedos,
la luna brilla en lo alto
y al fin, María y José,
hallan lugar de descanso.

Sin tiempo para lamentos
juntan un colchón de paja
donde María, asombrada,
deja, sin dolor, al niño
concebido por milagro.

El beso de amor dulce y sereno
de su esposo aceptando su papel
la reconforta y llena de alegría.

El buey y la mula, 
que en el establo se hallaban, 
les dieron su calor.

Una estrella se acercó, con su gran brillo,
el camino a los pastores indicó.

Al establo llegaron y adoraron
al niño nacido como un Dios.

Es el momento marcado en nuestra historia
cual verdadera y primera Navidad.




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